El ave Fenix cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.
LA PRIMERA

LA PRIMERA SIEMPRE SERA LA PRIMERA
domingo, 18 de septiembre de 2011
PANISTAS VS PANISTAS
Felipe Calderón ha pasado a la historia como uno más de los dirigentes más pragmáticos, influenciado y dirigido por grupos empresariales asociados a los gobernantes del partido oficial, de acuerdo con el libro testimonial de Jorge Eugenio Ortiz Gallegos (1925-2010) de reciente publicación.
En La mancha azul: del PAN al NeoPAn y al PRIoPAN, Ortiz Gallegos, amigo y discípulo del fundador de Acción Nacional, Manuel Gómez Morín, se refiere no sólo a Calderón, sino que revela también cómo Luis H. Álvarez permitió que se consumara el control del Yunque en Puebla en 1987.
Muestra a un Luis Felipe Bravo Mena, entonces analista de la Coparmex, negándose a participar en el PAN al considerar que era un partido que “no tenía futuro político”, y a un Manuel J. Clouthier como un representante del “golpe cupular” que permitió a los empresarios apoderarse del PAN al ser designado candidato presidencial en 1988.
En el capítulo “Otros recuerdos, juicios y esperanzas”, del libro editado por Grijalbo, el autor, quien fuera integrante del Grupo San Ángel, califica a Calderón de alguien que “desmemoriado o falsificador” jamás invocó siquiera el pensamiento de su padre, don Luis Calderón Vega, cofundador y extraordinario “artesano de la obra del PAN de los primeros 40 años”.
Señala que Calderón “se traicionó a sí mismo en ambivalencias y entreguismos al régimen oficialista”. Ha quedado en la historia del PAN como uno de los más sometidos por la urgencia imperativa de “la prisa por el poder, en fiel seguimiento del estilo negociador que iniciara el tristemente neopanista Luis H. Álvarez a partir de su inicio como presidente del partido en 1987”
En el capítulo “La aparición del neopanismo”, señala que bajo la dirigencia de Luis H. Álvarez “se desdibujaron los propósitos superiores y las estrategias se redujeron a una convulsa prisa por el poder”, al iniciar en su gestión las concertacesiones, “los convenios a escondidas con los mandos superiores del gabinete presidencial, primero de Miguel de la Madrid y, ya como de costumbre, con el de Carlos Salinas de Gortari”.
Esto, considera, “fue el fenómeno del PAN convertido en NeoPAN o PRIoPAN”.
Señala que Luis H. Álvarez “encabezó la era de la concesión de puestos de poder, la era del disfraz, el ocultamiento o el pleno olvido de los propósitos, tesis y postulados históricos del PAN”.
Además, indica, “subordinó los intereses de fondo a la consecución inmediata de puestos políticos, con frecuencia empleos sobresalientes que no eran de origen electoral, sino de simple concesión de nombramiento de colaboradores que pasaron del PAN a incorporarse en las burocracias federales o estatales”.
El autor señala que el “neopanismo” es la orientación política introducida por cerca de tres mil empresarios que durante una década “fueron orientados e instruidos para apoderarse del PAN por el Instituto de Promociones Estratégicas, patrocinado por la Coparmex” y que además fue apoyado con recursos financieros de empresarios estadounidenses y del Partido Republicano.
Narra que compitió por la dirigencia del PAN en 1987 con Luis H. Álvarez, quien resulto triunfador y le pidió mantenerse en el CEN donde “hube de advertir y padecer entonces los ocultamientos, intrigas, francas desviaciones del estilo y pensamiento de la institución,” por lo que decidió renunciar al PAN junto con José González Torres, Pablo Emilio Madero y Jesús González Schmal.
Ortiz Gallegos quien fue diputado panista e integrante del CEN hasta su renuncia al parido en 1992, considera que el PAN ha de enfrentar el reto de una reidentificación que le permita ser una institución reconocida con características, principios y acciones que despierten el interés electoral, la colaboración y el voto ciudadano.
Recuerda que al interior de Acción Nacional existen por lo menos cuatro corrientes: Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana, la Asociación Nacional Cívica Femenina, El Yunque y el panismo tradicional.
“Y en ese panismo tradicional está viva una esperanza: los panistas que trabajan en la recuperación del idealismo original y que desde jóvenes luchan incansablemente por la democracia del espíritu y el bien común, no por una ética de logros egoístas”.
Daniel Venegas
http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9028423/node
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