Julio Brito A. | Opinión
Lizette Clavel, líder de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), quiere ganar una diputación por parte del PAN a través de los recursos económicos y el uso político del sindicato que controla.
Ante la cercanía del año 2009, cuando habrá elecciones intermedias en México, Lizette prepara a su equipo para ganar posiciones políticas sin importar que en este proceso ponga en peligro el empleo e ingresos de sus agremiados.
En vez de defender los intereses de los sobrecargos, ya se puso de acuerdo con Francisco Hernández Juárez, de la UNT, con el objetivo de hacer ruido con las autoridades de la STP a través de manifestaciones e incluso de una huelga, para ganar así fuerza en las negociaciones con diversos partidos políticos.
Lizette no tiene ideología, sino simple sed de poder.
Lo mismo se puede aliar con la izquierda para mostrar su fuerza, tal como lo hace con Hernández Juárez, que con la derecha, como lo hace con el PAN, para tratar de obtener una diputación.
¿Cómo lo piensan lograr?
Simplemente entregando a los sobrecargos al desempleo.
Lo que trata de hacer Lizette es que el sindicato de sobrecargos no llegue a acuerdos con las empresas que los contratan, entre las que sobresalen Aeroméxico y Mexicana.
La consigna de Lizette es no ceder en nada, no hacer un solo cambio y, si es necesario, irse a huelga... total, si la empresa quiebra por no poder hacer frente a sus demandas, sus intereses reales están en ligarse a un partido político para ganar poder.
Tal como han hecho sus pares con Alitalia, que hoy está a punto de quedarse en tierra y todos sus trabajadores en la calle.
¿Qué mejor medio que un sindicato para obtener recursos económicos y ganar poder?
Quincena tras quincena los sobrecargos reciben menos dinero que el que les corresponde porque Lizette, a través de ASSA, les cobra sus “servicios”.
Pero no sólo eso, si alguien falta a una reunión, le quitan más dinero de su salario.
Simplemente para ejemplificar pongamos dos casos concretos: ante las negociaciones que lleva a cabo ASSA con Aeroméxico, por la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo Lizette les cobra a los sobrecargos que no asisten a sus reuniones mil 500 pesos o tres días de trabajo.
Acuerdo número 3: “Sancionar con tres días de salario a los compañeros de Aeroméxico que no asistan a los eventos relacionados con la demanda de conflicto económico interpuesto por la empresa”.
Además, para defender su lucha, señala en el mismo comunicado que tomará los recursos que necesite de las aportaciones de los sobrecargos.
Acuerdo 4: “Afectar el fondo de resistencia para cubrir cualquier evento relacionado con la demanda de conflicto económico.”
Como se puede apreciar claramente, con el apoyo económico de los sobrecargos y con el apoyo político de otros líderes sindicales, Lizette está dispuesta a vender su gremio y dejar a miles de sobrecargos sin trabajo, tan sólo por aspirar a un puesto político.
Por desgracia, Lizette no es el único caso de líder sindical arribista en nuestro país. La iglesia en manos del Lutero
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