La Ley de Herodes versión mexicana
José Luis Montañez Aguilar
- Requiere de mil millones de pesos para liquidar a unos 300 trabajadores con más de 20 años de antigüedad

Al menos unos 300 empleados de Aeroméxico, entre pilotos, sobrecargos y personal de tierra, han solicitado a la empresa su liquidación por temor a una eventual quiebra de la misma que los deje en la calle y sin un centavo, tal y como ocurrió con miles de trabajadores de Mexicana. El monto del finiquito de este grupo representaría más de mil millones de pesos, dinero que por supuesto no tiene Aeroméxico por enfrentar una crisis financiera.
Se trata de personal con 20 o más años de antigüedad laboral y cuyo problema principal es la edad, pues al quedar desempleados sería casi imposible poderse colocar en alguna otra aerolínea del país o del extranjero.
Entrevistados en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, pilotos y sobrecargos de Aeroméxico, que forma parte del grupo Skyteam y que dirige Andrés Conesa, revelaron a Diario Imagen que la angustia ha empezado a ser presa de ellos, pues no se sabe en qué momento los directivos de la empresa aceptarán públicamente que Aeroméxico está asfixiada financieramente y que sus propietarios se niegan a desembolsar varios cientos de millones de dólares para poder salir del problema.
Todo se maneja con demasiado hermetismo, pues los propietarios y directivos de Aeroméxico tienen el temor de que las rutas internacionales, sobre todo, sean suspendidas temporalmente ante la falta de solvencia económica de la empresa.
También se supo que durante la crisis que vivió el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York a finales de diciembre por las intensas nevadas que azotaron a la Ciudad de los rascacielos, el personal de tierra de Aeroméxico de esa terminal aérea se negó a laborar para retirar el equipaje de las aeronaves por dos importantes razones: la primera, porque no se tenía el equipo necesario y las condiciones de seguridad que permitieran a los trabajadores laborar sin riesgos, y segunda, porque se tienen adeudos pendientes y los acreedores trataron de usar la medida como presión para poder cobrar.
Esto es un mar de dudas, suposiciones, presuntas versiones porque la línea Aeroméxico no ha enfrentado la situación con información detallada y verídica. Mucho de lo que se dice o se afirma puede ser erróneo, pero no hay más que ir recopilando dato por dato de lo que está sucediendo en la aerolínea más importante del país, que por muchos años fue ejemplo de eficiencia y puntualidad a nivel mundial.
Los números rojos, el desaliento de sus empleados y los acreedores que diariamente tocan a la puerta están poniendo al descubierto lo que se temía: Aeroméxico está quebrada y sólo es cuestión de semanas o tal vez meses para que tome el camino de Mexicana.
¿Quién se va a atrever a estas alturas a inyectarle dinero o a comprar la empresa que está dando tumbos con un servicio deficiente tanto en las rutas nacionales como internacionales?
Sería bueno que si usted va a realizar algún viaje por avión al interior del país o a alguno de los destinos en el extranjero que cubre Aeroméxico lo piense dos veces para comprar sus boletos con anticipación, pues de la noche a la mañana puede usted encontrarse con una situación similar a la de Mexicana y entonces sí, quién le va a usted a devolver su dinero, ¿la Profeco?
LLUVIA DE QUEJAS
La Procuraduría Federal del Consumidor comenzó a recibir quejas por el mal servicio que Aeroméxico dio a sus pasajeros, sobre todo en la pasada temporada vacacional decembrina.
Pareciera ser que los directivos y funcionarios de Aeroméxico pretenden ganar tiempo y tal vez algo de dinero con la sobreventa de boletos y hasta de los espacios a los que tienen derechos los socios de Club Premier o clientes frecuentes de la aerolínea.
Esto quedó al descubierto cuando un pasajero del vuelo AM403 de Nueva York a la ciudad de México, el 1 de enero de 2011, correspondiente a la fila 22, regresó hasta su asiento visiblemente molesto porque el personal de Aeroméxico le rechazó poder utilizar los espacios vacíos en primera clase a los que tenía derecho por su acumulación de millas.
La sobrecargo mayor de la aeronave le dijo que lo sentía mucho, pero que los lugares estaban agotados, minutos después dos pasajeros pudieron obtener las plazas pagando 150 dólares extras por el servicio.
Las quejas ante Profeco van desde los precios exorbitantes por un boleto sencillo en clase turista, hasta la pérdida del equipaje completo o el mal carácter de los sobrecargos y personal de mostrador que casi siempre invitan al usuario con las siguientes palabras cuando éste reclama el mal servicio: “si no le parece quéjese donde quiera”.
No se sabe si la actitud de los pilotos, sobrecargos, gente de mostrador y hasta la del personal de tierra se deba a que sólo esperan el ramalazo de la quiebra de Aeroméxico para quedarse en el vil desempleo, pues muchos ya se ven en los zapatos de los ex empleados de Mexicana que se lamentan de su triste destino.
¿TENTATIVA DE HOMICIDIO IMPRUDENCIAL?
Y mire usted que en estas situaciones de las empresas con problemas financieros, surgen versiones que uno puede pensar inauditas.
Varios pasajeros del vuelo 402 de Aeroméxico que arribó a la ciudad de Nueva York el martes 28 de diciembre, por cierto, Día de los Santos Inocentes, y cuyas maletas fueron devueltas en su totalidad a México, sin ser bajadas del avión, porque no había personal que las pudiera descender y ponerlas en la banda de entrega de equipaje, se vieron de pronto en una situación difícil y peligrosa para su salud, pues algunos tenían que consumir por fuerza medicamentos, sobre todo para el corazón, que no pudieron tomar con regularidad porque estaban en las valijas que viajaron horas y horas de manera estúpida.
Lo anterior puede parecer increíble, pero cómo va usted a ir a una farmacia en la Ciudad de los rascacielos y pedir que le surtan un medicamento sin receta, así se trate de la píldora que le va a usted a evitar la muerte.
Un matrimonio de abogados que viajaban en el vuelo citado dijeron que esta acción de irresponsabilidad de parte del personal de Aeroméxico podía provocar una tragedia al causar la muerte de uno de sus pasajeros por negligencia, al no entregarle el equipaje con sus medicamentos.
Seguramente que en los próximos días la Profeco recibirá decenas de denuncias contra Aeroméxico por el mal servicio y la irresponsabilidad de todo su personal. Pero la pregunta es ¿habrá quién se ponga nervioso en este país donde pueden ocurrir cosas peores y no pasa absolutamente nada con nuestras autoridades? Y si no que se lo pregunten a los miles y miles de usuarios de Mexicana que compraron boletos por adelantado y fueron víctimas de fraude por parte de una empresa que ya estaba en problemas de quiebra.
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