LIZETTE CLAVEL
Como todas las historias extraordinarias y sorprendentes de líderes sindicales en nuestro país que comenzaron luchando por los derechos laborales de sus compañeros hasta entregar la vida si fuese necesario –remember profesora Elba Esther Gordillo, Francisco Hernández Juárez, Joaquín Gamboa Pascoe o Carlos Romero Deschamps—, nuestro personaje del día, Lizette Clavel Sánchez, comenzó su veloz carrera como lideresa en 1998 como asesora del entonces dirigente de los sobrecargos.
La jugó para secretaria general en el siguiente periodo, pero perdió y también le quiso entrar a la polaca como diputada panucha, por un distrito electoral del sur de la ciudad de México que estaba más que perdido desde antes de los mismos comicios electorales. Desde ahí sus nexos y relación cercana con destacados miembros del PAN, como el actual secretario del Trabajo del gabinete calderonista, Javier Lozano Alarcón.
Liz aprendió muy pronto las mañas de sus mentores sindicales y en estos momentos en que se acerca el día de su final como secretaria general del Sindicato de Sobrecargos de Aviación, ha tenido la maravillosa y genial idea de continuar en el cargo… porque sus compañeros de trabajo necesitan con urgencia de sus buenos oficios como representante gremial.
Un pequeño tropiezo en su fulgurante carrera de lideresa sindical se presentó hace dos años, para ser exactos el 7 de agosto del 2009, cuando en una asamblea general de sobrecargos unos 600 de sus compañeros la destituyeron por actos de corrupción. Pecata minuta, diría mi querido Juan José Prado.
RUDA Y CURSI
Cuando de echarle coco al asunto se trata, Lizette Clavel Sánchez se pinta sola. Y como los mil 300 sobrecargos de Aeroméxico, ahora sus representados, no la pueden ver ni en pintura, porque según ellos Liz empinó a los compas de Mexicana de Aviación, la emprendedora lideresa se puso a maquinar una estrategia para reformar los estatutos de ASSA y poder reelegirse en el cargo de secretaria general por el tiempo que sea necesario y la Nación se lo demande.
Se puso a hacer cuentas para lograr unas mil 800 firmas que avalen ante las autoridades laborales (donde están sus verdaderos cuates) el visto bueno de las reformas estatutarias que le permitan seguir como secretaria general. Esos mil 800 votos son las dos terceras partes del total de la planta de sindicalizados de las aerolíneas Aeroméxico, Mexicana, Aeromar, Travel, etc.
Emprendedora, dinámica y transparente, Lizette convenció a sus compañeros jubilados de Mexicana para que avalen su propuesta. Les ha colgado la zanahoria de que ella luchará para que sus pensiones no sean tocadas ni con el pétalo de una rosa. También “convenció” a los mil 200 sobrecargos de Mexicana, sin trabajo ni sueldo, pero con sus “derechos sindicales” intactos, para que le den todo su apoyo en esta justa y aclamada petición para que se quede por los años que sean necesarios al frente de nuestro sindicato. ¡Faltaba más…!
Una acotación a lo anterior. La lideresa Liz y cinco de sus más cercanos y fieles colaboradores en el sindicato les hicieron una pequeña sugerencia a los desempleados de Mexicana: si no votas por la reforma de los estatutos en esta misma semana, te va a castigar el chamuco y te vamos a poner hasta la cola de los aspirantes a una plaza en la nueva Mexicana que, según tenemos entendido, por anuncio de nuestras sacrosantas autoridades, reiniciará el vuelo el próximo 24 de enero con 500 sobrecargos.
Estaríamos hablando de que al modelo de dirigente sindical le faltarían unos cien votos para lograr su empresa de reformar los estatutos de ASSA y continuar al frente del sindicato, porque la clase trabajadora y el pueblo entero así se lo demandan.
En fin, cosas que pasan en nuestro querido México y la suerte de Aeroméxico está echada. Si usted tiene alguna información sobre este tema que le interese sea del conocimiento de la opinión pública le agradeceré me la envíe al siguiente correo electrónico: diario_imagen@yahoo.com.mx
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